martes, 26 de noviembre de 2013

Enfermedad periodontal.

La enfermedad periodontal o periodontitis (llamada piorrea vulgarmente) es una enfermedad que afecta a las encías y a la estructura de soporte de los dientes. La bacteria que presenta en la placa causa la enfermedad  periodontal. Si no se retira, cuidadosamente, todos  los días con el cepillo y el hilo dental, la placa se endurece y se convierte en una sustancia dura y porosa llamada cálculo (también conocida como sarro).

Las toxinas que se producen por la bacteria en la placa, irritan las encías. Al permanecer en su lugar, las toxinas provocan que las encías se desprendan de los dientes y se forman bolsas periodontales, las cuales se llenan de más toxinas y bacteria.

Conforme la enfermedad avanza, las bolsas se extienden y la placa penetra más y más hasta que el hueso que sostiene el diente se destruye. Eventualmente, el diente se caerá o necesitará ser extraído.

Etapas de la enfermedad periodontal
Existen muchas formas de enfermedad periodontal. Entre las más comunes se incluyen las siguientes:
  • Gingivitis: a forma menos severa de la enfermedad periodontal. Provoca que las encías se pongan rojas, inflamadas y que sangren fácilmente. Normalmente hay poca, o ninguna, incomodidad en esta etapa. La gingivitis es reversible si es tratada y con un buen cuidado oral en casa.
  • Periodontitis ligera: si la gingivitis no es tratada puede progresar hacia una periodontitis. En esta etapa, la enfermedad periodontal empieza a destruir el hueso y el tejido que sostiene a los dientes.
  • Periodontitis moderada a avanzada: se desarrolla si las primeras etapas de la enfermedad pasan desatendidas. Esta es la forma más avanzada de la enfermedad en donde ocurre una extensa pérdida de hueso y tejido.
  • Periodontitis juvenil: la periodontitis juvenil localizada (PJL) ocurre en adolescentes y se caracteriza por la rápida pérdida d hueso alrededor de los dientes permanentes. La periodontitis juvenil generalizada es considerada, por lo general, una enfermedad de adultos jóvenes, aunque puede iniciarse cerca de la pubertad. Se caracteriza por inflamación marcada y fuerte acumulación de placa y sarro. Las bolsas pueden formar alrededor de los dientes afectados, llenándose de infección. Si no es tratada oportunamente, la infección puede conducir a la pérdida de hueso, lo que hace que los dientes pierdan soporte y se muevan.
Síntomas
En ocasiones la enfermedad periodontal puede progresar sin ningún síntoma o dolor. Durante la revisión odontológica, el odontólogo buscará señales de la enfermedad, por lo que la enfermedad aún no detectada puede ser tratada antes de su avance.
  • Encías blandas, inflamadas y rojizas.
  • Sangrado al cepillarse y al pasar el hilo dental.
  • Encías que se desprenden de los dientes.
  • Dientes separados y móbiles.
  • Pus entre la encía y el diente.
  • Mal aliento continuo.
  • Cambio en la forma en la que los dientes se encajan al morder.
  • Cambio en el ajuste de dentaduras parciales.
Prevención
Un cepillado apropiado dos veces al día, así como hilo dental diariamente ayudarán a prevenir la enfermedad periodontal.
Una limpieza profesional, cada 6 meses, realizada por un higienista bucodental removerá la placa y el sarro en áreas difíciles de alcanzar, y consecuentemente son susceptibles a la enfermedad periodontal.

Tratamiento
El tratamiento de la enfermedad periodontal dependerá del grado de evolución de la misma. En el caso de la gingivitis, el objetivo fundamental es eliminar la infección y la placa bacteriana mediante una limpieza dental o un curetaje (vídeo). Si la periodontitis continua su evolución y se agrava, puede ser necesario recurrir a la cirugía para remover los depósitos de sarro de zonas más profundas o reducir la bolsa periodontal. También puede ser necesario la introducción de una tela de malla que sirva de guía para la regeneración del tejido dañado o proceder a realizar injertos de hueso y tejido para reemplazar los destruidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario