lunes, 25 de noviembre de 2013

Infarto cerebral

El infarto cerebral es un trastorno circulatorio situado en el cerebro que provoca la muerte del tejido cerebral por falta de oxígeno y que se produce sobre todo en una etapa avanzada de la vida.
Una causa importante es el estrechamiento de los vasos sanguíneos y la formación de coágulos, como consecuencia de una arteriosclerosis. 
Estos coágulos, formados en los vasos sanguíneos del cuello, por ejemplo, pueden ser expulsados y penetrar en el cerebro, donde obstruyen los vasos sanguíneos. Algunas afecciones cardiacas también producen coágulos; otra posible causa es el bloqueo de las venas responsables de llevar la sangre al cerebro. 
Existe un peligro creciente de apoplejía en los pacientes con diabetes mellitus y probablemente, también en los fumadores.

Los afectados normalmente sufren síntomas previos, como irregularidades en las facultades durante minutos u horas (confusión o dificultades del habla). En dichos casos, el problema circulatorio no es tan grave como para provocar el infarto.

Los síntomas de una apoplejía dependen de la parte del cerebro afectado. Puede producirse una parálisis unilateral, a menudo con disminución de la sensibilidad en la mitad contraria del cuerpo. 

Con el infarto en el lado izquierdo del cerebro, suele manifestarse afasia y apraxia. La micción, que también está controlada por el cerebro, resulta difícil o el paciente sufre incontinencia urinaria.

El infarto en las zonas más posteriores provoca anopsia y agnosia. En apoplejías graves, se produce la destrucción de tejidos y el paciente incluso puede morir.

El infarto en el cerebelo causa problemas de coordinación.
Diagnóstico

El diagnóstico se realiza según la naturaleza de los síntomas; si los vasos sanguíneos se estrechan, se percibe un ruido en el cuello. Un TAC (tomografía axial computarizada) cerebral puede excluir hemorragias o tumores.

Una radiografía de los vasos sanguíneos con medio de contraste (angiograma) identifica fácilmente la localización exacta. 

Tratamiento                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                  TAC

El tratamiento se realiza actuando sobre la afección subyacente y, en el caso de formación de coágulos, se administran anticoagulantes. El paciente se recurera totalmente en las primeras seis semanas, aunque la curación absoluta requiere un mínimo de dos años. La rehabilitación mediante la fisioterapia es un método muy importante para la recuperación. Los pacientes que han presentado síntomas pueden beneficiarse de la cirugía con la extracción de los vasos sanguíneos afectados por arteriosclerosis y reducir el riesgo de infarto.

                                                                           Angiograma

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