miércoles, 11 de diciembre de 2013

Estrabismo

El estrabismo consiste en la pérdida de paralelismo de los ojos. Mientras un ojo dirie la mirada a un objeto, el otro se desvía en una dirección diferente. En ocasiones la desviación no se aprecia con facilidad, pero en los casos severos ocasiona problemas estéticos y de visión importantes. Se distinguen dos tipos de estrabismo: horizontal, bien hacia dentro o hacia fuera; y vertical, un ojo desplazada hacia arriba y otro hacia abajo. Sin embargo, existen casos de estrabismo en los que se dan diversas combinaciones. Habitualmente, ambos globos oculares se mueven a la vez, por lo tanto, el cerebro produce una sola imagen fundida y, como cada ojo tiene un punto de vista ligeramente distinto, la imagen es tridimensional. Si los ojos no se alinean correctamente, el cerebro puede recibir imágenes de cada uno, que son demasiado diferentes para ser fundidas, ocasionando visión doble (diplopías). Para evitar la visión doble, el cerebro debe suprimir la imagen del ojo desviado. Si el cerebro suprime constantemente imágenes de un ojo, la visión del mismo se perderá gradualmente.

Como la imagen producida por un solo ojo no es tridimensional, se pierde también la percepción de profundidad.

Causas
En el origen del estrabismo intervienen numerosos factores. Uno de estos es la herencia familiar, ya que se puede tener cierta predisposición a sufrir este trastorno. También puede deberse a una alteración de los músculos del ojo motivada por una mala visión, a las infecciones, los tumores o traumatismos. Los casos de estrabismo en la edad adulta están estrechamente ligados a los traumatismos, enfermedades musculares y trastornos de tiroides.

Síntomas
El síntoma más evidente es la falta de paralelismo entre los ojos, aunque este trastorno también provoca una pérdida de la agudeza visual respecto al otro ojo (ojo vago o ambliopía). Otros síntomas son:
  • Posiciones anormales de la cabeza
  • Desviaciones
  • Inclinación o tortículis
  • Visión doble
  • Pérdida de visión binocular
  • Errores en el cálculo de distancias y en la percepción de relieves
Diagnóstico
El estrabismo es a menudo detectado por los padres o por el médico, porque los ojos del niño parecen adoptar una posición anormal. El control ocular confirma el diagnóstico e identifica el tipo de estrabismo.

Tratamiento
El estrabismo nunca debe ser ignorado creyendo que el niño se curará sólo. A no ser que sea tratado antes de los nueve años de edad, puede derivar en una pérdida definitiva de la visión en el ojo desviado (ambliopía). La ambliopía se desarrolla más rápido en los niños pequeños y tarda más tiempo en corregirse en niños mayores, y por lo tanto, cuanto antes se inicie el tratamiento, menos grave será el defecto visual inicial y más rápida será la respuesta. Asimismo, el estrabismo es, en ocasiones, una señal prematura de un trastorno nervioso grave.

Existen unas técnicas que permiten corregir este trastorno; gafas especiales, obturación del ojo dominante de forma alterna con el otro y programas de entrenamiento visual para reforzar la visión binocular. En todo caso, la detección precoz es esencial para establecer el equilibrio muscular, es decir, recuperar el paralelismo de los ojos. El tratamiento quirúrgico está indicado en los casos severos o que se corrigen con los tratamientos tradicionales.

La cirugía consiste en fortalecer o debilitar ciertos músculos de los ojos para obtener una buena visión y evitar que se tuerzan. Este tratamiento puede tener complicaciones, como la aparición de infecciones, reacciones alérgicas o caída del párpado superior.
En el vídeo vemos una cirugía ocular para el estrabismo. Es de una clínica donde tratan estos trastornos.



En ocasiones el estrabismo se puede corregir mediante la inyección de toxinas botulínicas y bajo anestesia general. Estas toxinas producen una parálisis temporal de los músculos y permite por una serie de mecanismos, corregir y en algunos casos determinados curar este trastorno.

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