domingo, 15 de diciembre de 2013

Síndrome antifosfolipídico (SAF) o sangre pegajosa

El síndrome antifosfolipídico se debe a que las personas que lo padecen tienen una mayor tendencia a formar en los vasos sanguíneos.
Cualquier vaso sanguíneo puede verse afectado y los coágulos son repentinos, de forma que al formarse pueden provocar la obstrucción de una vena o arteria produciendo un accidente cerebrovascular o un infarto de miocardio.
En el embarazo, la placenta puede verse afectada por pequeños coágulos, y existe un mayor riesgo de aborto involuntario, sobre todo en la primera mitad del embarazo.

CAUSAS
Se piensa que la causa de esta enfermedad pueden ser los anticuerpos antifosfolipídicos, estos son producidos por el sistema inmunológico para combatir las infecciones por bacterias o virus, pero en algunas enfermedades el sistema inmune produce los anticuerpos de manera errónea y ataca a su propio organismo, como es este caso.
Los fosfolípidos son la unión del fósforo con moléculas de grasa que se encuentran en nuestro cuerpo.

SÍNTOMAS
Los síntomas se relacionan con los de la coagulación anormal.
Por lo general pueden desarrollar coágulos en venas de las piernas, lo que se conoce como trombosis venosa profunda, cuyo resultado es una hinchazón y dolor. Estos coágulos en la pierna pueden ocurrir una o varias veces.
Los coágulos también pueden ocurrir en el pulmón, lo que se llama embolia pulmonar, a veces después de un coágulo en la pierna que se desprende y viaja por el cuerpo, llega al pulmón donde produce la embolia pulmonar. Esto puede provocar dificultad para respirar, dolor de pecho que empeora al respirar, tos con una pequeña cantidad de sangre. Algunos coágulos se producen poco después de comenzar a tomar la píldora anticonceptiva.
Otros lugares donde pueden aparecer coágulos venosos son los ojos, el riñón, el hígado, las glándulas suprarrenales...
Si los coágulos aparecen en las arterias pueden producirse derrames cerebrales, infarto de miocardio o un bloqueo del suministro de sangre a una extremidad, esto puede dar lugar a la gangrena.
Además, las mujeres embarazadas sufren más abortos involuntarios debido a que se forman coágulos en la placenta que impiden el suministro de sangre al feto. Estos abortos se producen en el segundo o tercer trimestre, y en raras ocasiones en el primero.
Otros síntomas de esta enfermedad son las migrañas, pérdida de memoria, epilepsia, corea (son movimientos bruscos repentinos y anormales).

TRATAMIENTO
Debido al aumento de la tendencia de coagulación de la sangre en este trastorno, el objetivo principal del tratamiento es hacer la sangre más líquida para que la coagulación no se produzca. Esto se logra por lo general con pastillas anticoagulantes, que se toman todos los días.
Además se deben realizar análisis de sangre periódicos para ver el estado de esta y así verificar que el tratamiento funciona o si hay que aumentar o disminuir la dosis.
Durante el parto se suele recetar aspirina o heparina que son anticoagulantes que no afectan al feto, ya que otro tipo de coagulantes sí pueden producir malformaciones fetales. La heparina se administras con inyecciones bajo la piel todos los días, esta técnica de administrado se le enseña al paciente o lo aplicará la enfermera en caso de que el paciente no pudiese hacerlo.

2 comentarios:

  1. Al final de la nota dice, ya que otro tipo de coagulante, y debería decir anticoagulante.

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  2. Soy una joven y ya eh tenido 4 abortos y apenas me están haciendo esos exámenes para ver si tengo esa enfermedad y si es hací cual es el mejor tratamiento para poder tener un bien embarazo

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